Hay una velocidad que es propia de Clara. Es una velocidad voraz y provocadora. Juguetona. Una velocidad en la que gestar implica colocar el cuerpo en el deseo, en el fuego, en la transformación permanente.
Su experimentación artística se origina en la fotografía. La luz, medio primordial de su materia, permanece como el elemento esencial de su obra. Pero, ahora, su corazón cosmogónico trasmuta, cautivado en la devoción infinita de su misterio y, como por un llamado místico, se sumerge en la compresión profunda del saber en el que El sol es la fuente.
La experiencia de sentir el misterio de la luz Divina, necesariamente la transforma. Y en esa búsqueda de significaciones de la verdad que la conduzcan a la certeza, redefine el espacio físico que habita, sus vínculos, la forma en que transita el peso de su cuerpo, de su espíritu, de su velocidad, de su mirada. Clara inicia una peregrinación devota en búsqueda de la fuente, que también transfigura su acción gestante.
El sol es la fuente es una exposición que comienza así. Nace como una búsqueda de manifestar lo Divino en un juego-investigación en el que la artista se desliga, a partir de un gesto insubordinado, con la bidimensionalidad de la imagen. Desarma una cámara e inicia la creación de Las Máquinas de Transmutación, múltiples objetos astronómicos elaborados con madera, cuerina, vidrio y otros elementos, con la función de manifestarse en un ritual de cimiento místico. Una procesión en alabanza al sol, dentro de un antiguo edificio sagrado, en donde los objetos accionan la plenitud de su potencia espiritual en celebración de la gloria Divina a través de su manifestación lumínica en movimiento.
Algunos de estos objetos se preservan y guardan su presencia ritual original. Otros, son fragmentados y transformados por la artista. De ahí nacen Las Lámparas Votivas, amuletos de sol, que en su gesto móvil muestran el deseo de propiciar un espacio para el gozo, el asombro, el éxtasis del ser y su entorno. Son rayos de Dios, son instrumentos Divinos.
Sin medir un tiempo exacto, Susurros, el mural multidimensional compuesto por relojes de sol, funciona como una invitación a observar cómo se traduce el tiempo en luz, desde la liviandad de su composición de madera y acrílico tornasol. Variación de formas, tocadas por el gesto de la luz, emiten figuras etéreas de color, que reflexionan sobre los ciclos de la vida, lo eterno y lo efímero, lo permanentemente cambiante. Que, desde su dualidad, en su esencia de ser luz y de ser sombra, acontecen en equilibrio, como destellos del espíritu de la divina poesía.
Dibujo torpe de lo eterno aborda ese transitar de la luz hacia la oscuridad. Y, en ese infinito nocturno en donde la ausencia del resplandor del sol existe, Clara nos brinda nuevas condiciones de convivencia y de relación sobre nuestra percepción acerca de la dimensión del universo.
Espejo de cielo en traslación elíptica cumple una función parecida desde su figura, un mapa elíptico que emula la rotación de la tierra alrededor del sol. Como un gesto antiguo de utilizar las lagunas para ver los cuerpos celestes, le coloca un espejo negro para que refleje el cielo, y se pueda observar la expansión de los astros en el universo. Dando lugar a que el relato cosmogónico recobre su fuerza poética, que uno mismo pueda percibir su propia condición en medio de esa bastedad. Verse el alma. Tomar con humildad los aprendizajes.
Teorías de Fludd, Kepler y Newton mapas espejos como homenaje a pensadores del sol que acompañan a Clara en el viaje que transita. Personas que, en otros tiempos, al igual que ella comprendieron que el cosmos es una conciencia viviente.
De esta manera, El sol es la fuente se convierte en una investigación en permanente búsqueda y mutación de sus artefactos de luz. Esos que no anhelan la perfección, sino ser, en su esencia, representaciones profundas del espíritu Divino, en comunión con el ritmo que la artista les impregna desde una gestación profundamente amorosa y lúdica.
Su título, desde el inicio, nos habla de su propia necesidad de moverse como un mantra. Es decir, enunciarse desde el mismo ejercicio de la voz como un susurro en infinita repetición, como un rezo. Un título-rezo que se extiende como una invitación para encontrar en nuestra voz la frecuencia justa, la que enciende la lámpara votiva y nos enseña que, así como es arriba, también es abajo, y que el sol existe dentro de cada uno de nosotros.
Andrea Irene Dardón
Curadora
Guatemala, marzo 2022
La fuente es el Sol es la exposición que estuvo en la Galería La Rebelde de marzo a mayo. La misma fue una muestra individual de esculturas, murales de luz, poesía y fotografía, cuya búsqueda fue la de mostrar lo sagrado del misterioso trayecto de la luz. Un juego luminoso y metafórico de los haces de fotones habitando la galería en esculturas reflejando luz producido por la artista Clara de Tezanos y curado por Andrea Dardón.
Clara de Tezanos es una artista de Guatemala. Empezó sus estudios en París. Fué co-fundadora y directora del Centro de Fotografía Contemporánea, La Fototeca y el Festival Internacional GuatePhoto. Más que eso Clara es una apasionada del trayecto y manifestación de la luz, y quien concibe al sol como una fuente de luz cambiante e infinita donde se encuentra lo sagrado y místico de la vida. La Fuente es el Sol desde un registro implacable nos recuerda el milagro de la luz, y cómo somos los guionistas de nuestra propia realidad y que el sol somos también nosotros (como es arriba es abajo).
Para cerrar el ciclo de esta exposición Clara nos invitó a experimentar un concierto-danza La Máquina torpe de lo eterno. Dice la curadora Josselin Pinto: “Partiendo de la idea de un eclipse como el momento en el que se oscurece el sol, el concierto-danza parte de manera simbólica en tres actos que exploran el movimiento de los astros, la elipse propuesta por primera vez por Hipatia… Si la exposición fue una oda al sol, el performance era una oda a su vacío, al contenedor sombrío del universo que cabe en un triángulo y en un sonido”.
Para mí haber estado en ese concierto-danza fue un gran regalo para todos los sentidos. Un viaje por el misterio de lo sagrado con la banda sonora del genial músico Alex Hentze (oráculo) y la fuerza femenina de diosas-bailarinas interpretando a los astros, bailándole a la fuente de la vida, que desde su fuerza y poder sagrado femenino hacen sentir que las mujeres somos una extensión bella de la naturaleza. Por ello recordé este texto: “Hace mucho tiempo, cuando las mujeres fueron pájaros, existía el sencillo entendimiento de que cantar en la madrugada o contar al atardecer era curar al mundo a través de la dicha. Los pájaros aún recuerdan lo que nosotras hemos olvidado, que el mundo está hecho para ser celebrado” (Tempst Williams).
Clara es una artista atenta al pulso de la vida y de la belleza, que hunde sus manos y su alma a la poesía que esconde el misterio del trayecto de la luz. Gracias Clara por este regalo. Al salir de ese concierto-danza y entre ese buqué de emociones evocadas por la música de Hentze con jugada con la obra de Clara, la danza, la poesía y las ideas, pensé que así como el sol es la fuente que nutre todo en la naturaleza, también es nuestra fuente porque nosotros mismos somos naturaleza viva. Lo hemos olvidado. También pensé que siendo nuestro país tan herido y apaleado como lo es, es el arte uno de los vehículos imprescindibles que puede sanarnos. Porque “sanar es descubrir la belleza de nuestra alma”
Marcela Gereda
Escritora
Guatemala, Julio 2022
En Solario, Clara de Tezanos crea un proyecto sensorial que explora la transformación de los elementos y el espacio en si mismo utilizando a la luz como punto de partida. Con una formación fotográfica como base, resulta natural ver el tránsito de la artista hacia la creación de dispositivos que se vuelven capaces de capturar, almacenar y proyectar luz, ganando la capacidad de transformar lugares de manera envolvente.
Tomando a los relojes de sol como punto de partida, la obra de Clara une a estos dispositivos primitivos con formas que construye en plexiglass, creando una unión de opuestos que se vuelve contradictoria, pero que al mismo tiempo es capaz de apuntarnos en una dirección de reflexión y autoconocimiento. De esta manera, se vuelve sencillo ver que la práctica de Clara nunca ha dejado de buscar distintas maneras de emplear la luz para hacer fotografía sin la necesidad de usar una cámara y de una manera no convencional.
En sus obras podemos ver cómo se conjugan la luz, el tiempo, el espacio, y el contraste, construyendo imágenes, que en la manera en la que lo hace la realidad, cambian constantemente su forma y configuración, al tiempo que cobran vida propia.
La obra de de Tezanos se vuelve reveladora cuando nos damos cuenta que las proyecciones de color que crea a través de sus formas, son en realidad las sombras de las mismas, las cuales nos envuelven en un teatro de luces y sombras imposibles de diferenciar entre sí. Así nos permite repensar y hacer surgir preguntas sobre la euforia de existir y su representación visual dentro del tiempo. Una característica primordial en su obra es su capacidad para conjugar lenguajes que a primer instancia parecen ajenos al post-internet, pero que en realidad encarnan y cuestionan los paradigmas de la vida contemporánea.
Alonso Cedillo
Curador
Mexico, abril 2021
La luz protagonista se convierte en arquitectura ampliando el espacio y la profundidad en la obra de Clara de tezanos que se convierte a través del color y la luz en “escritura”, un tejido denso de capas luminosas que se combinan, suman, restan y dividen, generando en la superficie de la ‘ trabaja una dimensión onírica que linda con percepciones de profundidad que invitan al espectador a la reflexión, al coraje de la elección, a la contaminación y al compartir conceptual que se concreta.
La percepción es el elemento secreto al que el artista confía ese testimonio que asume el valor de la civilización, es decir, la capacidad de transformar la necesidad de comunicar el propio pensamiento, que toma forma a través de la materia, en concepto, espíritu, principio inmaterial abstracto. Las obras de Clara se convierten en pergaminos de la historia y del tiempo del saber humano, en los que el artista marca su historia, graba su propio testimonio gracias a una capacidad de profundización del tiempo que amalgama signo y gesto. acción y tiempo.
Armonía y dualidad a la vez son las dos almas que viven, conviven y se persiguen en las obras del artista. El entendimiento, fruto de esta síntesis visual, estalla en una acción viva del gesto humano; capaz de superar el pensamiento y la imagen y tomar forma y estructura, gesto tras gesto. acto tras acto.
Su visión se convierte en una frontera, un espacio de movimiento en el que el tiempo creativo genera colaboración y armonía entre la “frecuencia” de la luz y el “ritmo” del color que bailan sobre la superficie del material. Son obras terminadas. Acción y
consecuencia. Capaces de contar un sentimiento, una historia, un material dispuesto a acoger nuestra perspectiva y nuestra mirada. no se escatima, su creatividad se convierte en energía que traza y marca esta narración.
Un gesto de investigación complejo, donde instinto y pensamiento se diluyen en la fuerza del otro, convirtiéndose en una sola solución y entidad, generando un resultado “finito” capaz de abrazar infinitesimales emociones, impresiones y sugerencias. Es la fuerza de la comunicación del arte. Todo se vuelve poesía, una composición de formas y estructuras que se anulan en la luz y
emergen del color.
A TRAVÉS DE SU POÉTICA CENTRADA EN LAS FASES DE TRANSFORMACIÓN DE LA ACCIÓN Y LA MATERIA, CUESTIONA LA RELACIÓN ENTRE PRESENCIA, CUERPO Y ESPACIO
Entonces a Clara le resulta natural utilizar un material que tiene la posibilidad en sí mismo de no predefinir el gesto, la acción, el sentimiento.
Anna Dusi
Curadora