Museo Nacional de Arqueología y Etnología
Guatemala
“La noche es la madre de la incertidumbre y de la valentía. El cosmos es un cuarto oscuro infinito en donde se revelan las ideas y los sueños”.
Habría que detenerse en ese preciso instante del día en el que la luz declina, dando paso a lo difuso. Quedarse suspendido en ese momento en el que los cazadores aun distinguen a sus presas pero con cautela. El tiempo y el espacio quedan desnudos, la luz se relega al pasado y la penumbra se convierte en éxtasis.
La transición del día hacia la noche es una imagen que revela la verdad al mismo tiempo que la oculta, transformándola en metáfora. CIELO, PERRO, LOBO es una compilación de propuestas que convergen o surgen en el ocaso, en ese estado nebuloso en el que el sol se oculta y la noche genera nuevas imágenes. Imágenes que revelan lo incierto, lo misterioso, lo salvaje.
Esta aproximación al estado de vigilia se posa en escenarios oníricos proponiendo imágenes que nos transportan a la noche o a la idea de la noche y sus asombros. Como un proceso de búsqueda existencial y contemplación, los artistas participantes traen a luz interrogantes profundas sobre la vida, la muerte, la vulnerabilidad del ser humano ante el infinito universo, ante la realidad o ante el miedo.
Desde el ojo científico al oráculo metafísico, del silencio a la estridencia, aquí encontramos ideas y estados de contemplación que nos remiten constantemente hacia la búsqueda de una verdad universal. Una verdad que resplandece e ilumina.
La presente muestra es una especie de manual para internarse en la penumbra con los ojos abiertos, abriendo también la mente y el corazón hacia las verdades que se revelan espontánea y libremente, como una lluvia de estrellas o como cantos para el alma.
¡Sean ustedes, bienvenidos al ocaso!