Con ocasión de la reciente publicación de Por Maniobras de un Terceto, Clara de Tezanos ha desplegado indiferenciadamente piezas comisionadas y archivos documentales para explorar los alcances de un comentario instalativo en torno a los protagonistas de la historia que su fotolibro ya ha presentado de manera convulsa y en el que cada visitante sabrá ocupar –episódica o simultáneamente- el lugar de los personajes. Pero aun cuando es imposible considerar esta instalación como algo completamente independiente de los contenidos y motivos que figuran en el libro con el que comparte su título, la inclusión de dispositivos (espejos y visores) proyecta un colofón poético adicional sobre la complicidad entre la representación, la auto representación y lo visual.
De alguna manera, acompañar el deshoje de su propio libro con la producción de unos dispositivos ópticos es –quizás- reconocer que se requiere de una herramienta cuasi analítica para echar una mirada dentro de sí misma, de aquella terna y de su lugar frente al reino de lo celeste y lo terrestre. Con todo, algo imposible para el ojo al desnudo.